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Foto museo de historia natural

"El patrimonio que resguardamos es de todos"

La Ley del Patrimonio Cultural Boliviano (Ley Nº 530), en el artículo 4 establece que un museo “Es la institución cultural permanente al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público y que adquiere, conserva, investiga, comunica, difunde y exhibe el patrimonio inmaterial y material de los pueblos y su entorno natural, con propósitos de estudio, educación y deleite al público”.

Sin embargo, más allá de las normas, los museos en su mayoría todavía funcionan como espacios formales y poco accesibles a la gran mayoría de la población tanto en costos, horarios y condiciones, entre otros. En Bolivia se cuenta con 97 museos censados, según el Ministerio de Culturas en el “Plan Estratégico Institucional 2011-2015”; de éstos ¿Cuántos conoceremos los propios bolivianos?, ¿cómo nos aportan en lo educativo y que oportunidades nos ofrecen?

Para conocer un poco del qué hacer de uno de estos espacios, Alternoticias y Acciones que inspiran conversó con Eliana Lizárraga, quien trabaja en el Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny en Cochabamba como responsable de Museología,  así como de las relaciones públicas en el museo y la capacitación de guías.

De manera general Eliana nos contó que el museo surgió de una alianza institucional entre la Universidad Mayor de San Simón, que apoya en brindar el soporte para los investigadores; la Fundación para las Ciencias, que canaliza fondos para la investigación y el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, que proporcionó los predios para el funcionamiento.

Cuenta con diferentes áreas: Mineralogía, que estudia el proceso de conformación de la tierra; Paleontología, que explica a través de los fósiles existentes en Bolivia, cómo la Tierra fue cambiando y cómo es que se dio la evolución; Zoología que explica las diversas ramas de los animales que tenemos actualmente de cuyo orden evolutivo los invertebrados han merecido particular atención con exhibiciones, colecciones e investigación entre insectos y arácnidos. También tienen  la parte de Ictiología que se refiere a los peces, la Herpetología que estudia a los anfibios y reptiles, y para terminar están las áreas de Mastozoología que estudia a los mamíferos y Ornitología que se ocupa de las aves.​

Por su especificidad, una de las mayores bondades del museo de historia natural es que permite generar conciencia y una mirada distinta sobre el entorno que nos rodea, en la población que tiene oportunidad de visitarlo. Al respecto Eliana nos comenta: “cuando vienes al museo y aprendes un poco del proceso de conformación de la tierra, como han ido evolucionando las especies y te presentan a las especies que actualmente tiene Bolivia, te das cuenta de que muchas de las aves que ves en la vitrina también las ves en tu jardín o que los insectos o mariposas que persigues para tomar una foto también están presentes en tu edificio o donde tú estés presente. Entonces es interesante ver como el museo te posiciona respecto de lo que tú miras cotidianamente, pero que tal vez por la premura del tiempo no lo ves”.

En el proceso de acercar el museo a público de todas las edades, la institución ha logrado desarrollar experiencias diversas y enriquecedoras. Entre sus principales visitantes estaban niños entre 3 a 5 años, quienes podían identificar los colores en los minerales o diferenciar a los distintos animales como un mono de un ave.

 

También contaban con la visita regular de estudiantes entre 9 y 18 años, que llevan muchas materias con temáticas relacionadas con la naturaleza, como explica Eliana “en esos grupos la información que el guía le brinda está mucho más enfocada a apoyar lo que el profesor avanza en clases, por lo general nosotros tenemos este sistema de que el profesor nos decía “voy a ir con un grupo de tantos estudiantes, que son de tal curso, yo quiero que Uds. hablen o enfaticen en esta temática”, por decir áreas protegidas. Entonces el guía cuando llega el grupo habla del proceso de conformación de la tierra, de los minerales pero especifica que minerales se encuentran distribuidos en qué áreas protegidas, y cuando va avanzando en la explicación hace lo mismo con los fósiles y hace lo mismo con la biodiversidad”.

Otros visitantes asiduos eran estudiantes de la Escuela Militar de Ingeniería, que iban para complementar la parte de Cristalografía, que es la rama de la ciencia que estudia los cristales.

Para atender a estos y otros grupos poblacionales, el museo tuvo que adecuar su sistema de atención (visitas guiadas) a las necesidades e intereses de cada grupo, ya sea contextualizando los temas de exposición, modificando el horario de atención o readecuando el espacio de exposición para visitas especiales como fue el caso de los integrantes del Centro de Rehabilitación para Ciegos Manuela Gandarillas, según nos explicó Eliana “cuando ellos vienen el museo se adapta a ellos, lo que nosotros hacemos es habilitar ciertos espacios para que ellos puedan tocar, y la explicación acompaña eso”.

Durante 3 años trabajaron con grupos que están buscando reinserción en la sociedad, por ejemplo “con el pabellón de quemados del Hospital Viedma, donde los chicos que están afrontando una situación difícil porque ha cambiado drásticamente la forma en la que eran antes y cómo se perciben ahora, tienen la oportunidad de ver que en la naturaleza todo evoluciona, todo se transforma entonces no necesariamente el cambio tiene que ser malo, es una forma de empoderarlos”.

También tuvieron oportunidad de trabajar con instituciones como el CEMA (Centro de Educación Media Acelerada), como comenta nuestra entrevistada “ese ha sido un desafío muy grande para el museo, porque es gente que tiene otras prioridades, hace el esfuerzo de estudiar en la noche y lamentablemente por cuestiones administrativas el museo no abre en la noche, pero si hemos logrado gestionar que durante dos años podamos tener un espacio más allá de las Noches de los Museos, un espacio para recibir a los cursos de estas unidades educativas para que también puedan reforzar lo que llevan en clase al momento de visitar el museo”.

Un reto particular de los museos es la investigación permanente y la actualización de la información, en este caso el museo “tiene cerca del 80% de sus colecciones en investigación y entre el 10 y el 20 % en las salas de exhibición”. Funciona con un equipo de 47 personas, en su mayoría biólogos que realizan proyectos de investigación en Bolivia. De este personal el 80% son mujeres quienes al investigar la biodiversidad boliviana en sus diferentes áreas presentan publicaciones científicas, una tarea poco apoyada y difundida en nuestro país.

La pandemia les demandó nuevos desafíos, durante las restricciones la política del museo fue compartir los contenidos que ya estaban produciendo otros centros de investigación y museos, en sus redes sociales. A partir de un estudio realizado, también vieron la importancia de contar con un canal de Youtube para difundir material y en esa perspectiva aun vienen organizando los contenidos, además de la elaboración de los guiones, animación y edición. Señalan que el objetivo es llegar primero los niños y poco a poco abrir ese espacio audiovisual a más edades. Para Eliana, la importancia y riqueza de los museos y los centros culturales está en la posibilidad de descubrir y redescubrirse uno mismo, de sentir orgullo por lo que se tiene y lo que se es ya que “los museos son una parte de nuestra identidad, porque nos ayudan a ver quiénes somos”.

La experiencia de trabajo del Museo de Historia Natural, nos muestra el potencial de estos espacios para contribuir en los procesos educativos ya sea facilitando recursos, brindando información amplia y actualizada, incentivando la comunicación y el trabajo en equipo dentro y fuera del museo, o generando en los estudiantes experiencias de aprendizaje a partir de un panorama mucho más amplio y vívido de lo que avanzan en el aula.

Por otro lado, nos enseña también, que para que estos espacios estén realmente al servicio de los niños, jóvenes, adultos, adultos mayores, estudiantes, investigadores u otros, es importante adecuar los servicios de atención a la necesidades y dinámicas de estas poblaciones, como también seguir trabajando en políticas públicas para garantizar el acceso a estos espacios educativos y culturales, como un derecho de todos los bolivianos.     

Estudio 21 – Alternoticias 11/10/2021 Nº 24

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