FUNDYAP

Construyendo un entorno mejor más allá de las buenas intenciones

El 5 de diciembre se celebrará el Día Internacional de los Voluntarios, fecha propuesta por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1985, como una manera de fortalecer mayor conciencia a la contribución de los voluntarios e incentivando a gente de todas las condiciones sociales a compartir sus aptitudes en todo tipo de iniciativas.

En el contexto nacional hay iniciativas de voluntariado de toda índole: deportivas, culturales, ecológicas, cuidado a animales, etc.  es así que contactamos a Alberto Espinoza Gutierrez, administrador de empresas, especialista en turismo sostenible, apasionado de la naturaleza y cultura de Bolivia y líder ambiental en la Red O2.

Beto como le conocen cariñosamente sus amistades, nos contó “en cuanto al voluntariado puedo decir que empecé el 2017 justamente con el Seminario Internacional de turismo sostenible, ese fue mi inicio como tal en cuanto a la vocación de hacer algo diferente y para mi país desde mi aporte. El 2018 comencé en la Red O2, gracias a que entendí un poco mejor lo que era la naturaleza y la ecología, me di cuenta de la magnitud de las amenazas que nos rodean hoy en día y al ver esa urgencia quise ser parte del cambio, tratar de abrir los ojos a más personas, enseñarles lo que es la ecología, mostrarles la importancia de la naturaleza, tener acciones concretas y hacer actividades sostenibles.”

Las áreas de acción de la Red O2 son variadas, como se especializó en áreas protegidas, Beto y y dos biólogas están en el área llamada “Protegidos”, ámbito en el que comparten información con las personas por ejemplo sobre lo importantes que son los espacios resguardados  para la supervivencia de los humanos en la ciudad de La Paz, “también se refiere mucho a realizar actividades que tengan un beneficio directo para las áreas protegidas que pueden ser plantaciones, reforestaciones, la recuperación de la laguna en Auquisamaña para conservar los anfibios y aves, y limpiezas en las áreas protegidas.”

Otros grupos de acción son: “Destinos”,  para realizar limpiezas, reforestación, etc.  pero no necesariamente en áreas protegidas por ejemplo en Copacabana, la Cumbre, Hampaturi, etc.; “Huertos”, para enseñar a la gente como hacer su compost, cómo preparar su comida, trasplantar una planta, etc.;“Reciclados”, conformado por jóvenes más especializados en ese tema que animan talleres donde la gente puede aprender a reutilizar lo que se vería como un deshecho e “Inspirados” donde se abordan temáticas variadas siendo un espacio para dinamizar y compartir experiencias con las personas.

En la Red O2 existen 3 niveles de voluntarios, “el más superficial es de los que han sido voluntarios por una vez, por una actividad han llegado a ser como 200, luego están los que son voluntarios de planta que son aproximadamente 30 y como coordinadores somos 12 personas preocupadas de organizar actividades de acuerdo a cada rama.”

Para convertirse en voluntario, la persona debe asumir un compromiso consigo misma y el grupo para involucrarse y acompañar las actividades brindando su tiempo de manera gratuita,  tal como explicó Beto “el requisito mínimo es tener voluntad, cualquier persona que quiera se contacta con nosotros mediante la página de Facebook que atiende la coordinadora de la Red O2 , explicando las aptitudes que tiene y  en que quisiera trabajar, hemos recibido nuevos voluntarios de planta en estos últimos meses que pasan por un proceso de capacitación, qué es lo que más podría llegar a gustarles o en cuales de las ramas pueden desenvolverse mejor, entonces el responsable de cada rama le expone qué hace y el nuevo voluntario o voluntaria decide donde quiere entrar, es muy simple la idea es esa, para tener una planta tan multidisciplinaria como se pueda.”

Más allá de que un período de la vida sea más proclive a llevarnos a participar en algún voluntariado, Beto percibe “en mi experiencia el 3% de la gente realmente participa y quiere hacer algo de verdad, lastimosamente es así y el 97% que resta vive de su casa para adentro. La educación es tan primordial para que la gente empiece a preocuparse por todo lo que está a su alrededor y sepa cuánto le afecta que todo esté mal, que desde niños sepan lo que es el cambio climático y esta información es clave para que empiecen a cambiar actitudes como la poca participación. Es muy importante, dar espacios en los que se pueda debatir cuáles pueden ser las soluciones, no nosotros a las demás personas sino que sea algo conjunto, porque si no, es lo mismo que decirte qué tienes qué hacer y qué no tienes qué hacer, la idea es que la gente se involucre, que tenga información a su disposición que sepa la problemática, porque hay gente muy ignorante y una vez sabiendo esto, sepa cómo puede aportar a la solución, en ese momento vamos a poder ver más involucramiento y eso es muy importante. “

Durante la emergencia sanitaria, las actividades de la Red O2 quedaron limitadas a potenciar el sector “Inspirados”, como un espacio para dinamizar la información compartiendo experiencias y aprendizajes mediante las redes sociales, en el caso de Beto se organizó el avistamiento de aves pero desde las casas de los participantes.

En ese tiempo, se realizó el proyecto de ciencia ciudadana “Rescatando historias para celebrar a las aves urbanas de la ciudad de La Paz”, una experiencia con los adultos mayores de la Casa Amandita, en la que los voluntarios elaboraron mandalas de aves y colorearon los dibujos con ellos, a la vez que aprendían de manera entretenida, porque los ancianos les contaron leyendas y todo lo que sabían sobre los pájaros.

Al interactuar con los adultos mayores, Beto señaló “la herramienta que más hemos utilizado con ellos es el aprendizaje participativo, el intercambiar experiencias y tener una comunicación horizontal. Ellos son un recurso importante de formación y de aprendizaje, memorias que realmente pueden morir muy pronto y eso es un gran peligro, creemos que es importante tomar en cuenta esa opinión, así la gente adulta mayor pueda sentirse útil de alguna manera. De esa manera es importante involucrarlos en el proceso de aprendizaje, aprender de ellos y el poder guiarlos de alguna manera para que conozcan más.”

Ahora que se pueden realizar actividades al aire libre, nuestro entrevistado espera  retomar las  reforestaciones, las limpiezas en las áreas protegidas y avanzar en la restauración de la lagunita de Auquisamaña. No existe una edad límite para convertirse en voluntario, pueden involucrarse jóvenes, familias y adultos mayores, así se formarán ciudadanos con una visión de un mundo que es posible cambiar, así como la esperanza que transmite la lluvia al regar los campos.

Estudio 21/ Alternoticias/ 3 – 12 -2020/ Nº 19

Cerrar menú