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Educación para la conservación, una manera original de despertar la curiosidad

El año que pasó nos dejó enseñanzas importantes sobre la conexión del ser humano con la naturaleza, en ese contexto la educación para la conservación se constituye en una estrategia pedagógica para incentivar el cambio de la sociedad con valores y hábitos que beneficien la preservación del hábitat.   

Para conocer más sobre este tema conversamos con Ninoska Burgoa, bióloga que realizó una Maestría en Ecología y Conservación cuya tesis aún está en proceso. Ella empezó con la marca llamada Artesanías Nito y sus inicios se dieron en un tiempo de estrecheces económicas.

 “Yo empecé con aretes, siempre recuerdo los primeros aretes el venado andino y el chancho de monte del Chaco. Estaba pasando por un momento muy rudo, estudiando la maestría que me llevaba tiempo completo, vivía sola con mi hijo que en aquel momento tenía 2 años y medio, me estaba dividiendo, tampoco tenía dinero. Un día, a eso de las 3 de la mañana pasó algo muy triste, mi hijo despertó y me dijo que tenía hambre, había leche se la calenté, le di y me puse a llorar porque estaba tan impotente. En ese momento fue como un flash que vino a mi mente – ¿y qué pasa si alguien tuviese un arete de un chancho?- Y de paso explicar qué es ese chancho, por qué tiene ese arete y ahí nació la idea, de lo que yo quería hacer, y al comienzo fue bien difícil, al principio vendía en el piso en el Prado los domingos, yo iba a pedir permiso al paseo familiar que daba la Alcaldía, no tenía stand pero me decían: -si te acomodas aquí en el pisito, no hay ningún problema- y lo hice unas cuantas veces”.

Ella nos contó que aprendió sola con imaginación, sin darse por vencida, empezó a practicar el dibujo de sus diseños lo mismo que a realizar el calado fino con ayuda de algunos instrumentos, además de vitrificar los aretes para que fueran resistentes a la humedad en sitios como Santa Cruz.

Ninoska no recibió apoyo económico de ningún tipo, así que lentamente su proyecto fue creciendo “cuando empecé solo tenía 50 bs. en el bolsillo y solo pude hacer dos pares de aretes y los vendí, lo que vendí lo volví a invertir y así sucesivamente hasta que después de un tiempo fui generando ganancias. No tengo respaldo económico, eso ha sido muy difícil porque nadie entendía lo que yo quería hacer, la gente creía que yo quería más hacer un negocio, pero no entendían la parte de educación, jamás han logrado casar esa idea que yo tenía en mi mente.”

En el nuevo camino que  tomó el nombre era importante, “era el momento de cambiar, de renovarme porque había terminado mi divorcio y estaba pensando en una nueva marca para jalar más hacia la conservación y la educación y se me ocurrió Artyka que es la fusión de arte y Ninoska”.

Artyka como lo dice su creadora, no es solo un negocio o emprendimiento más, va más allá, está entre sus objetivos principales el informar y concientizar al público boliviano sobre la importancia de nuestra biodiversidad, fusionando habilidades manuales con conocimientoa e investigación en la producción de aretes, collares, peluches, títeres y otros ornamentos referidos a la fauna nacional, con particular énfasis en especies endémicas. 

Nunca pasó un curso de confección, así todos los diseños que hace son producto de su creatividad y la investigación sobre los rasgos específicos de cada especie animal, los cuales trata de reproducir a través de las formas, colores, texturas y posturas habituales apelando de esta forma sui generis, a la sensibilidad de las personas para cambiar, aunque sea un poco las perspectivas de este mundo.

 

La creación de los peluches le proporcionó grandes importantes aprendizajes a nuestra entrevistada, “Una de las cosas que me ha ayudado un montón ha sido entrar a un curso de cerámica y ahí dentro del curso había una especialización en 3D de cómo quieres que se vea tu proyecto en cerámica, entonces nos enseñaron como quieres que se vean las proyecciones de arriba, de un costado, de atrás, de adelante y ese curso de cerámica lo adapté a los animales que hago.”

La tecnología le brindó herramientas útiles para presentar sus muñecos de la fauna boliviana, mediante las redes sociales como Youtube, Facebook, Twitter e Instagram. Aprendió a realizar videos y utilizar Photoshop, además de encontrar ideas que ajustó a sus requerimientos de diseño.

Para realizar educación en la conservación a través de sus peluches, Ninoska emprendió una serie de actividades desde charlas y talleres orientados al público infantil de colegios públicos y privados, como concursos, subastas y otras acciones solidarias para apoyar a guardaparques por los desastres del incendio en la Chiquitania y acciones durante la pandemia como fue el caso de “Crea tu propio animal y llévatelo” o “Yo hago tu dibujo en peluche” que fueron iniciativas que llevó adelante en la que los niños podían realizar sus peluches a partir de sus propios diseños o dibujos.

Los resultados de trabajar con niños le parecieron increíbles: “noté que los niños se empoderaban, muchas veces en diferentes hogares no creen en la capacidad de los niños. Entonces cuando entran en mi taller son solo los niños, los padres tienen que esperar afuera y luego ven la capacidad de los niños, porque aunque no sepan coser, no sepan hacer muchas cosas, ellos van aprendiendo, vamos hablando de los animales, van preguntando, vamos haciendo chistes. Incluso elaboré una lista de música aprovechando el cine, por ejemplo de Moana que habla del valor de la madre Tierra, o Rango que es una película fuerte en realidad donde hay la lucha por el agua, entonces pongo el soundtrack de estas películas, ellos reconocen y tocamos estos temas, entonces los resultados fueron asombrosos, porque los niños salen con un aprendizaje fuerte, y  con una autoestima alta porque siempre escucho “ahora voy a coser mis medias, ahora voy a arreglar tal cosa, ahora ya sé cómo hacer eso”. 

Las acciones que realiza Ninoska incentivan a generar un cambio positivo entre los pequeños, “simplemente les doy la posibilidad de abrir una chispita de curiosidad y depende de cada niño y cada joven si aprende más o no, se inculca más, es lo que hago y está funcionando porque he conocido niños que detestaban con el alma los murciélagos, porque ya tenían esa preconcepción de que los murciélagos chupan sangre y cuando me vieron en ferias, yo les explicaba, no les hacía tocar ni nada pero después se volvieron fanáticos.”

Estudio 21/ Alternoticias/22- 01 -2020/Nº 22

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