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Arcoiris de voces en los cuentos

El contexto de emergencia sanitaria en el ámbito educativo lleva a reflexionar sobre otras herramientas innovadoras que pueden ser utilizadas para enriquecer el aprendizaje, tal es el caso de la narración oral, cuyas características compartimos a través de la experiencia de Ana Gabriela Balletta, quien vive en Cochabamba, es Técnico Superior en Parvulario, además de ser Licenciada en Pedagogía y desde hace una década se desempeña como narradora oral escénica.

En la entrevista que tuvimos con ella, nos comentó que empezó a contar cuentos siendo la encargada de la Mediateca de la Alianza Francesa de Cochabamba: “creamos una propuesta mensual de narración oral para niños, así nació la Tarde de Cuentacuentos los últimos viernes de cada mes”. Esta actividad no la tomó a la ligera y de manera paralela cursó la especialidad en el Centro de Capacitación Teatral Hecho a Mano.

Anita como la conocen cariñosamente entre chicos y grandes compartió su repertorio de cuentos fuera de nuestras fronteras, como: IV Encuentro Internacional de Narradores Orales “Cántaro de Cuentos “ (Itagüí – Colombia, agosto 2017), VI Encuentro Internacional de Contadores de Historias FATUM (Curitiba – Brasil, septiembre 2018) y la 19th Edition of the Sharjah International Narrator Forum Sharjah (Emiratos Árabes, septiembre 2019).

 

Para nuestra entrevistada  “la narración oral permite abordar distintas temáticas de forma natural y atractiva, nos ayuda y nos da la posibilidad de conocer más sobre nosotros, nuestra cultura, nuestras raíces, etc., se adapta a las necesidades, contextos y edades, sobre todo permite trabajar de forma transversal distintas áreas del aprendizaje”.

Muchas veces se relaciona a la narración oral únicamente como una actividad para entretener a los niños y niñas, desde su experiencia Anita nos dijo que para acercar este tipo de actividad cultural a los jóvenes y adultos, las claves son: el repertorio de cuentos que se escogen para ser presentados a este público, la conexión que se entabla entre el narrador y el público, además de la manera en que nos dirigimos a ellos, ya que las dinámicas no son las mismas que con un público infantil.

Para cuidar al público con el distanciamiento físico, las salas de espectáculos han sido reemplazadas por las pantallas de las computadoras, en ese sentido Anita explicó “en la narración oral es muy importante la relación que se entabla con el público durante una presentación, es un continuo dar y recibir; por este motivo ha sido difícil encontrar la forma de llegar a este tipo de conexión a través de las pantallas. Pero al intentar adaptarnos a la situación actual, muchos narradores hemos buscado maneras de continuar trabajando y la narración oral continúa siendo una gran herramienta pedagógica en época de pandemia.”

Las áreas rurales de Bolivia guardan mucha riqueza al transmitir sus historias y vivencias de manera oral, por esa razón para nuestra entrevistada,  las acciones para conservar ese bagaje cultural podrían empezar entre los jóvenes de las comunidades, quienes podrían recopilar estas historias, “ellos cumplirían un rol protagónico al transportar las palabras (cuentos, historias y leyendas) de boca de los adultos mayores hasta los oídos de los educadores, quienes se harían cargo de transcribirlas.”

La vida misma es un continuo aprendizaje, por eso Anita aconseja a los educadores que quieran presentar narraciones orales para un público adulto, que traten de capacitarse antes de hacerlo, que puedan adquirir técnicas y herramientas adecuadas y así mismo, que realicen una correcta selección de cuentos con un repertorio acorde a su público.

Estudio 21/ Alternoticias/ 23- 09 -2020/ Nº 13

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